La Mujer y la Intercesión

  ^"Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar" (Génesis 3:15). 

 

Desde el principio de la fundación, la mujer siempre estuvo en los planes de Dios.  Cuando Adán y Eva pecaron y desobedecieron a Dios, automáticamente perdieron el reino y el dominio que Dios les había entregado, ocasionando una ruptura en su comunión con Dios y también en la funcionabilidad dentro de sus roles como hombre y mujer. 

Más sin embargo, El Padre estableció un plan de redención para la humanidad cuando entregó a Su Único hijo para morir por los pecados de una humanidad caída (Juan 3:16).  A través del sacrificio que Jesús hizo en la cruz, el hombre volvió a ser reconectado con Su Creador para que fuese salvo  y se le fue de vuelto el dominio y la autoridad que el primer Adán perdido después de su caída; también se le fue restituida su posición (tanto al hombre como a la mujer) dentro del Reino de los Cielos.

 En cuanto a la mujer se refiere,  Jesucristo pagó un precio en la cruz para restituirle a la mujer su identidad, dignidad, valor y posición dentro del Reino de Dios. La mujer es un instrumento poderoso en las manos de Dios; Dios está buscando a mujeres que se levanten y arrebaten todo lo que EL predestinó para ellas. 

La Palabra nos dice en Colosenses 2:14, “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.”  A través de la cruz, Jesús derribó todo pecado, toda culpabilidad, todo trauma, todo recuerdo del pasado que nos atormentaba, y todo lo que estaba en contra de nosotros. Dios esta buscando a mujeres que se levanten del sueño, de la pereza y conformismo, y tomen su posición como hijas de Dios y arrebaten todo el botín que les pertenece: sanidad física, liberación espiritual, restauración emocional, prosperidad financiera, gozo, paz, etc.

Dios esta buscando a mujeres que se levanten como guerreras y peleen como leonas por sus esposos, hijos, hogares, familias, trabajos, iglesias, ministerios, pastores, barrios, ciudades, y naciones.  Como dijo la Profeta Ana Maldonado “Mujer, ese vientre no solo te lo dio Dios para parir hijos, pero también te lo dio para parir el llamado, el negocio de tu esposo.”  Dios le dio un vientre a la mujer para que a través de la intercesión y guerra espiritual, diera a luz y trajera del mundo invisible a lo visible la manifestación de  los propósitos de Dios para tu vida, el ministerio de tu esposo, tu ministerio, la sanidad física tuya o la de un ser querido, la liberación de tus hijos, la unidad en tu iglesia, el negocio de tu familia, y las finanzas para que el Reino de Dios sea establecido en tu ciudad.”

Decreto en este Dios que viene un despertar en ti, Mujer, y que se activa sobre ti un espíritu de obediencia, sumisión y tenacidad para que expandir el Reino de los Cielos y cumplir el propósito de Dios sobre tu vida.  

Decreto de que te levantas de los escombros de la mediocridad y de la pasividad y que corres como gacela con lo que Dios te ha dado. 

Decreto que  eres una mujer inusual y que operas en todos los dones espirituales y caminas en lo sobrenatural de Dios para tu vida.

Decreto que tus intercesiones irrumpirán los aires y trastornarás ciudades enteras por el peso de gloria que esta sobre ti. 

Decreto que se activa el poder de la feminidad y de la maternidad sobre ti para conquistar a tu esposo, a tus hijos, y a tus líderes para el Reino de Dios.

Decreto sobre que la gracia que estuvo con la Reina Ester cuando se presentó delante del Rey Asuero viene sobre ti y que Jehová, tu Dios, te da lengua de sabios para que sepas hablar como los sabios (Isaías 50:4) y que tus oídos espirituales se afinan para escuchar con claridad la voz de Dios y así concretar Sus designios divinos sobre tu vida y sobre tu casa.

Lo decreto en el nombre Poderoso de Jesús. Amén.

 

Shalom!!! Eres amada, aceptada, aprobada, y validada.  Eres templo y morada del Espíritu Santo y EL está derramando una unción de santidad y de aceleramiento sobre ti como nunca antes.  Naciste para hacer historia y para cambiar destinos.

Te amo y creo en ti,

Jordana